08 de Julio de 2017

La ciencia del ejercicio: cuando la actividad física también es medicina

Médicos, investigadores y científicos estudian en profundidad el efecto del ejercicio en el tratamiento y la curación de enfermedades. Qué significa ejercitarse y qué sucede en el cuerpo al hacerlo.

Por mucho tiempo se habló sobre el efecto del ejercicio en el cuerpo y se especuló sobre cuál podría ser el impacto real en el tratamiento de muchas dolencias y enfermedades. En su última edición, la revista TIME indagó sobre los estudios del doctor Mark Tarnopolsky, neurólogo metabólico genético de la Universidad de McMaster en Ontario, Canadá, que está decidido a demostrar que el ejercicio puede ser utilizado como medicina, incluso para los pacientes más enfermos.
"La gente siempre me decía que científicamente no se puede comprobar un mecanismo de este tipo, que era una completa pérdida de tiempo", dijo Tarnopolsky. "Pero a medida que pasa el tiempo, estudio tras estudio se demostró que la forma más potente y efectiva de mejorar la calidad y duración de la vida es el ejercicio".

El especialista fue el autor de muchas y muy variadas investigaciones. En 2011, él y su equipo comenzaron a estudiar ratones con una terrible enfermedad genética que conduce al envejecimiento prematuro. En el transcurso de cinco meses, la mitad de los ratones fueron mantenidos en un estado sedentario y la otra mitad fue obligada a correr tres veces a la semana. Hacia el final, los ratones sedentarios apenas podían mantenerse en pie: el pelaje que aún tenían se veía gris, los músculos se les aflojaron, tenían sus corazones debilitados, su piel era muy fina e incluso su audición estaba debilitada. "Estaban temblando en un rincón, a punto de morir" dijo Tarnopolsky.

Pero el grupo de ratones que se ejercitó, aún comprometidos genéticamente, eran casi incomparables con los sanos. Su pelaje era bien negro, corrían alrededor de sus jaulas, e incluso podían reproducirse. "Hemos evitado casi por completo el envejecimiento prematuro de estos animales", dijo el científico.

Aunque hay diferencias obvias entre roedores y humanos, los resultados de este estudio se asemejan, según Tarnopolsky, a casos similares en sus pacientes enfermos. "Conozco toda la publicidad que tiene la terapia génica en casos de enfermedades genéticas" explicó Tarnopolsky, que trabaja con niños con enfermedades genéticas graves como distrofia muscular, "pero no ha funcionado en los 25 años que llevo estado haciendo esto", dijo. "La terapia más eficaz disponible para mis pacientes en este momento es el ejercicio".

Fuente: Infobae